El mate es tan noble, tan buenazo, que ni se molesta en reparar si se lo toma dulce o con el gusto natural de la yerba. Inclusive no le molesta que lo saboricen con cascaritas de naranja o limón, o con una cucharadita de café. Le da lo mismo el material con que lo hicieron, si es de calabaza, cerámica, madera, lata o de plástico, eso no lo altera. No. No le afectan esas nimiedades, no se deja llevar por pequeñeces. Porque sabe que está para mucho más que para caer en esas discusiones sin sentido.