lunes, 9 de noviembre de 2020

Betty Boop

Una tarde de principios de octubre, cuando la primavera todavía no se decidía si quedarse o no, después de tantos meses sin hacer actividad al aire libre retomé mis caminatas. Fue como redescubrir el barrio. Lo vi más verde, más luminoso, hasta más fotogénico.
Me acordé de que unas cuadras más adelante había un mural de Betty Boop.


Marzo 2016
Esperaba ver a esa chica sexy que a principios de la década del 30 deslumbraba con sus curvas. La había visto por casa con botas altas y body negro, simulando una diablita con cola roja, mirada desafiante y mucho fuego de fondo.
En su lugar me encontré con una Betty angelical, en colores pastel, llena maripositas, destellos de hadas y arcoiris enmarcándola. ¿Dónde quedó aquella femme fatal? Quien sabe, pero aún en esta versión aniñada y naif sigue siendo dueña de toda la sensualidad que la caracteriza.


Octubre 2020 


Tanto la Betty diablita como la Betty salida de un cuento de unicornios fueron pintadas en el portón de una vivienda. Desconozco quien o quienes realizaron estas obras, pero desde acá aplaudo de pie 👏👏👏

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