Es sabido que cualquier enamorado está habilitado para bajar la luna, pero no todos conocen a ciencia cierta cómo hacerlo.
Para poder realizar la hazaña con éxito, es imprescindible hacerse de una escalera de madera y un lazo de plata. Inútil es intentarlo sin ellos o si éstos son de diferentes materiales. Hay quienes también lo han probado a bordo de un globo aerostático, es más romántico pero hay que tener mucho cuidado de no pinchar la envoltura, hecho que sucede más frecuentemente si la luna se encuentra en su fase cuarto creciente o cuarto menguante.
Una vez conseguido los elementos, comenzaremos ubicándonos en una azotea. Al ras del suelo también funciona, pero lleva un poco más de trabajo y paciencia por la distancia. Luego desplegaremos la escalera hacia la luna, afirmándola bien para que no se desplace al menor movimiento y subiremos lentamente los escalones. Al llegar al extremo comprobaremos que estamos bien afirmados y luego, con la mano dominante tomaremos el lazo y lo haremos girar hasta que llegue al diámetro adecuado. Recién en ese momento lo lanzaremos hasta nuestro objetivo, tratando de atraparlo. En caso de no lograrlo, repetiremos hasta conseguirlo. Cuando la luna esté bien sujeta, con movimientos lentos iremos tirando del lazo para acercarla, teniendo cuidado de no golpearnos la cabeza. Es más sencillo para agarrarla si le reducimos el tamaño, para lo que buscaremos la válvula, situada en el extremo inferior izquierdo, y le retiraremos el aire hasta alcanzar la medida deseada (de más está aclarar que debe hacerse muy lentamente para que la luna no salga volando. De ocurrir esto, por favor suelte el lazo). Si se trata de una media luna, el enlazado es más simple, pero se dificulta encontrar la válvula. Los cráteres lunares suelen tener polvo galáctico ya que no se limpian frecuentemente, por lo que recomendamos el uso de antiparras para que ninguna de esas partículas tenga contacto con los ojos. Si sucede, simplemente enjuáguelos con abundante leche de almendras tibia.
La luna brilla en la oscuridad porque almacena en su interior los rayos de sol que la iluminan, por lo que aconsejamos colocarla en el dormitorio junto a la cama o sobre una mesa ratona en el living, lo que dará a nuestro ambiente una luz cálida y envolvente. Recuerde que puede graduar la intensidad de la luz con el interruptor ubicado junto al pico inflador.
Ahora si, teniendo en cuenta este instructivo, usted, querido enamorado, está listo para bajar la luna y regalársela a su media naranja cuando así lo disponga.
(Inspirado en las instrucciones de Julio Cortázar)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario